Cuando llegás a esta edad y te ponés delante de una hoja en
blanco para escribir, pueden suceder dos cosas: que toque a tu puerta Jesica
Cirio para ofrecerte una felación definitiva o que, muy por el contrario, se te
aparezca Pedro Pompillo para ofrecerte una felación definitiva.
Habiéndome pasado lo primero, aprovecharé los minutos que en
teoría me quedan de vida para dejarles mis impresiones sobre las cosas que
están pasando:
-Que una nave haya llegado a Marte me importa tanto como
saber si el perro de mi vecina leyó el último libro de Xavier Ferrer Vázquez o
si La Mona Lisa está sudando caca. La nada absoluta. Creo que el humano debería
descubrir, primero, que hay vida en la Tierra.
-El Moria Casan Gate es uno de los hechos más apasionantes
que ha dado el país en la última década. Y el motivo de su espectacularidad se
resume en algunas palabras que arrojan las crónicas de ese acontecimiento:
“Vedette”; “Gabellano”; “juez paraguayo”;”Paraguay”; “joyero paraguayo”; “José
Luis Chilavert”. Hermosura total.
-Trenes descarrilando. Seguir usando estos trenes nos coloca
en el concierto de las potencias mundiales de adoradores de una lonja de
mortadela. Volvamos a los caballos, ya que estamos.
-Palomas para niños carenciados en Córdoba. Hablan de las
bondades del escaveche de paloma; yo aquí arrojo algunas sugerencias: ravioles
de lagarto; consomé de pantera; ñoquis de caspa; empanadas de puma; y las
siempre sabrosas costeletas de nutria, sazonadas con prepucio de foca.
-Los Juegos Olímpicos. ¡Ohhh, los Juegos Olímpicos! ¡Ohhh!
¿Saben lo que le faltan a esos juegos para llamar la atención de la gente como
uno? Que la Reina compita en los 100 llanos y que se re contra petee a Bolt, al
ritmo de algún temazo de Malagata, que le sobran.
Las otras noticias no importan. O si, pero lo cierto es que
tengo una cuervo de bondiola que no se va a comer solo.
Y como dijo Jorge Luis Borges: “Bioy, chapame la bragueta”.